8.8.10

Esta entrada es por Francisco

Desde el blog, de boca en boca, pego esta entrada, que me pide Luz.
Espero con esto aportar un granito de arena por una causa justa.
Hoy día del niño.Para que los adultos dejemos nuestros egos de lado y creemos un mundo mas justo para ellos. Un niño de tres años sólo tiene presente. Vive el día a día. Ojalá que no pase un día más lejos de quienes hasta hoy lo cuidaron, amaron, y seguramente estará extrañando y necesitando.
Para los demás, hay tiempo.


Los hechos y personajes que aparecen a continuación, lamentablemente guardan relación con la realidad,razón por la cual no serán revelados datos que puedan comprometer a los involucrados.

Los niños también enferman de tristeza, y pueden, llegado el caso, dejarse morir...

Tratemos de recordar cuándo fue la última vez que algo nos asombró, algo sencillo, sin estridencias, que logró sacarnos del trance absurdo en el que gastamos nuestros días y nos dibujó una sonrisa nada solemne en la cara. Cuándo tuvimos ganas de decirle a alguien: "- dale, juguemos a que yo era... " y serlo, pero creyéndolo de verdad.

En mi caso, sinceramente, ha pasado mucho tiempo, tanto que no lo recuerdo. He dejado de ver el mundo con mis ojos de niña, y apenas si logro despertar, a veces, y recordar que esto no es más que un sueño, para volver a dormirme y soñar con lo mismo.

Hemos creado un mundo a imagen y semajanza de nosotros, los grandes. Un mundo de acuerdo a lo que queremos, a lo que necesitamos, a lo que creemos y a lo que creemos necesitar y querer. Un mundo donde los niños, tan redondos y lindos, deben volverse cuadrados para encajar... cueste lo que cueste y duela lo que duela.

En este mundo vive Francisco, un conejito de indias en manos de la jueza XX. No es que la jueza sea mala, bah, no lo sé, o es quizás, que no puedo creer que alguien sea "tan malo", así, con premeditación y alevosía.

La jueza XX quiere probar cuánto dolor puede soportar Francisco alejado de su mamá de verdad y de su hermana de verdad.

Y es que Francisco tiene dos mamás, una de verdad y otra de mentira. La de verdad, a la que él ama con toda la fuerza de su corazón de nene de 3 años y que lo ama con toda la fuerza de su corazón de mamá de verdad, ruega cada día y cada noche esperando que vuelva.

La de mentira lo dió a luz borracha y lo abandonó con apenas unas horas de nacido. Pero como en aquel entonces Francisco tenía muchas ganas de vivir, lloró y lloró hasta que unos vecinos llamaron al presunto padre, y este, como no podía hacerse cargo, llamó a su hermano, que fue con Adriana, la que a partir de ese momento se transformó, no por arte de magia, sino por decisión personal, con todo el esfuerzo y el cambio que eso significó en su vida, en su mamá de verdad.

Lejos del sentido común, las leyes carecen de sentido, y quienes las aplican a rajatablas, así, como vienen "de fábrica", son unos imbéciles emocionales, y en algunos casos, unos asesinos amparados por los fueros.

De haber primado el sentido común, Andrea Ávalos estaría viva, y este domingo recibiría un hermoso regalo de manos de alguno de esos matrimonios que llevan años en lista de espera...

El sentido común debería haber impedido que una mujer que llegó ebria a parir un niño, se fuera de alta con él como si nada...

El sentido común no daría lugar a los reclamos de esta mamá de mentira que aparece casi tres años después, aduciendo en su defensa que está bajo tratamiento (con un profesional particular, sin auditoría del estado) y que tiene un largo historial de abandono de sus otros hijos.

Pero definitivamente el mundo está hecho por los grandes y pensados para beneficio de los grandes, aunque gente con cara de buenuda quiera convencernos de lo contrario. El derecho de las madres, aunque sean madres de mentira, aplasta el derecho de los niños.

¿Qué quiere probar, señora jueza XX?, ¿que esta mujer, con menos corazón que una víbora (que dejan a sus huevos en lugares amparados y seguros, y no tirados, sucios, desnutridos y deshidratados, destinado a una muerte segura de no ser porque las paredes fueron lo suficientemente delgadas como para que los vecinos oyeran el llanto desesperado) está capacitada para hacerse cargo de un niño del que nada supo durante casi de 3 años?.

¿Cómo es que la ley le da prioridad a los derechos de esta "madre" y olvida los derechos de Francisco de ser feliz con quienes lo amaron y cuidaron durante todo este tiempo?

Francisco, de tan sólo 3 años, come cada vez menos. Ha decidido demostrarnos a los grandes que no tenemos control sobre él. Que podemos ser todo lo imbéciles que nos de la gana, que podemos adherir y aplicar todas las leyes sin sentido que queramos, y sentirnos justos, escondidos tras montañas de libros que avalan nuestra estupidez, pero que no podemos obligarlo a vivir en este mundo imponiéndole una madre de mentira... que él así no juega...

Los niños también enferman de tristeza, y pueden, llegado el caso, dejarse morir...

¡Parece mentira, gente grande haciendo estas cosas!.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, soy de Mendoza, y el caso todavía no salta a los medios porque la causa está abierta y tratándose de un menor, se maneja con mucho cuidado. Pero nos interesa ejercer presión social a través de medios alternativos (Fran tiene un grupo en Facebook: todos juntos por Francisco Castelló) y también quise aportar desde mi blog. Un besote, y muchas gracias por prenderte en la cruzada.

Anónimo dijo...

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