7.11.14

Nos gusta leer

Oli mira por segunda vez mujercitas en youtube (Tenemos debilidad por algunos clásicos como Heidi, Tom Sawer y la animación japonesa), me dice que cuando vayamos a la casa de los abuelos va a buscar el libro para leerlo. Le gusta la personalidad de Jo y que quiera ser escritora.
Hace unos días empece a leer durante el desayuno El Maravilloso Viaje de Nils Holgersson de Selma Lagerlöf. Ya habíamos visto una serie animada en capítulos que no pudimos finalizar. Eso fue antes de conseguir el libro. En él cuenta la historia de un niño, cruel con los animales, que por encantamiento de un duende se vuelve pequeño como un Pulgarcito  y casi por casualidad emprende un viaje hacia Laponia sobre el lomo del ganso doméstico de su granja y junto a una bandada de gansos salvajes. Con ellos vive aventuras, conoce lugares, animales y sobre todo va forjando un nuevo carácter al tener otra perspectiva de la vida. Es un libro que podemos llamar vivo, ya que no rebaja los conocimientos ni el vocabulario para adaptarlos a los niños, que está escrito con conocimiento y pasión y lo sabe transmitir.
En paralelo y a otro ritmo leemos Diario de la Patagonia de Charles Darwin y también Momo de Michael Ende.

Comparto algunos párrafos de los líbros. En ellos pueden darse una idea del tipo de redacción de cada uno de los autores.
" Tienen los guanacos una costumbre singular que no he podido explicarme: durante varios días seguidos van a depositar sus excrementos a un punto determinado y siempre el mismo. He visto una de esas masas estercóreas que tenía ocho pies de diámetro, formando un montón considerable. Según M. A. d' Orbigny todas las especies del género tienen la misma costumbre, que ha sido preciosa para los indios de Perú, que empleaban esta materia como combustible, sin tener que tomarse el trabajo de reunirla."
"Varias veces cuando nuestro buque estaba a varias millas de distancia de la desembocadura del Rio de La Plata o mar adentro a lo largo de las costas de la Patagonia septentrional, nos vimos rodeados de insectos. Cierta tarde , a unas diez millas de la Bahía de San Blas, vimos bandadas o enjambres de mariposas en infinito número, que se extendían tan lejoscuanto podía alcanzar la vista;ni aún con el telescopio era posible descubrir un solo punto en que no hubiera mariposas. Los marineros gritaban "nievan mariposas" tal era, en efecto, el aspecto que el cielo presentaba."

Diario de la Patagonia, Charles Darwin
Ediciones Continente

"En la barbería del señor Fusi colgaba ahora un cartel que decía:
El tiempo ahorrado vale el doble".... 
...." Cada vez se veía mas nervioso  e intranquilo, porque ocurría una cosa curiosa: de todo el tiempo que ahorraba, no le quedaba nunca nada. Desaparecía de modo curioso y ya no estaba. Al principio de modo apenas sensible, pero después más y más, se iban acortando sus días. Antes de que se diera cuenta, ya había pasado una semana, un mes, un año y otro.
Como ya no se acordaba de la visita del hombre gris, debería de haberse preguntado en serio adonde iba  a parar su tiempo. pero esa pregunta nunca se la hacía, al igual que todos los demás ahorradores de tiempo."
..." Así que ya no podían celebrar fiestas de verdad, ni alegres ni serias. El soñar se consideraba, entre ellos casi un crimen. Pero lo que más les costaba soportar era el silencio. Porque en el silencio les sobrevenía el miedo, porque intuían lo que en realidad estaba ocurriendo con su vida. por eso hacían ruido siempre que los amenazaba el silencio. Pero está claro que no se trataba de un ruido divertido, como el que reina allí donde juegan los niños, sino e uno airado y pesimista, que de día en día hacía más ruidosa la ciudad.
El que a uno le gustara su trabajo y lo hiciera con amor no importaba; al contrario, eso sólo entretenía, lo único importante era que hiciera el máximo trabajo en el mínimo de tiempo"

Momo, michael Ende
Alfaguara Juvenil


"No le quedaba otro remedio que montar sobre el pato, lo que logró a costa de no poco riesgo. Tampoco era fácil sostenerse sobre las espaldas lisas  y resbaladizas, entre las alas batientes. Tuvo que undir sus manos en las plumas y plumones para no rodar por el espacio.
Durante mucho rato el muchacho experimentó vértigos que le impidieron darse cuenta de nada. El aire silvaba y le abofeteaba, las alas le golpeaban, las plumas vibraban con un rumor de tempestad. trece patos volaban en torno suyo. Todos cloqueaban y batían sus alas. Los ojos deslumbrados y los oídos ensordecidos, imposibilitábanle para saber si volaba a mucha altura."...

..." -Qué es lo que será esa gran pieza de tela a cuadros?- decía para sí el muchacho, sin esperar respuesta.
Pero los patos respondiéronle:
-Campos, prados. Campos y prados.
Entonces comprendió que la tela a cuadros era la llanura de escania, que atravesaba a vuelo. y comprendió por que se le aparecía tan pintarrajeada. Al punto reconoció los cuadros de un verde pálido; eran los campos de centeno, sembrados durante el otoño anterior y que permanecían verdes bajo la nieve: Los cuadros de un gris amarillo eran los rastrojos donde en el verano había habido trigo; los cuadrados un poco mas obscuros eran viejos campos de tréboles, o tierras baldías. los cuadrados de un tono moreno bordeados de amarillo serían bosques de hayas, porque en estos lugares los grandes árboles del centro quedaban desnudos en invierno, mientras que los jóvenes arbustos de las orillas conservan sus hojas, amarillentas y desecadas, hasta la primavera. "


" El bosque presentaba un aspecto siniestro en esta hora de la noche. Jamás hasta entonces había sabido Nils lo que era la noche. El mundo entero parecía adormecido para siempre.
Por fin amaneció. El muchacho se sintió feliz al ver que todo adquiría su aspecto ordinario, si bien el frío hacíase mas sensible que durante la noche.
Cuando apareció el sol, no era amarillo, sino rojo. Se hubiera dicho que rojo de cólera, y el muchacho preguntábase la razón de esta cólera. Era porque su ausencia había hecho la noche que la tierra fuera tan sombría y helada?
Los rayos del sol brotaban en grandes haces y se extendían por todas partes como para descubrir los daños causados por la noche, y todas las cosas se sonrosaban como si tuviesen conciencia de su vuelta al estado natural.
Las nubes, el cielo, los troncos sedosos de las hayas, el fino ramaje entrecruzado del bosque, la escarcha que humedecía el lecho de hojas que cubría la tierra, todo adquiría una nueva coloración.
Los haces de rayos, cada vez más intensos, recorrían el espacio y muy pronto se desvaneció el terror de la noche. Había cesado el sueño de la tierra, y era asombroso el número de seres vivos que brotaban por doquier. El negro buitre con cuello rojo golpeaba con su pico el tronco de un árbol; la ardilla salía de su refugio llevando una avellana y se instalaba en una rama para descortezarla; el estornino llegó volando con una raíz en su pico, y el pinzón cantaba en la copa de un árbol."

El Maravilloso viaje de Nils Holgersson, Selma Lagerlöf
Akal



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