Fuimos invitados a muchos cumpleaños... y todavía falta mañana, domingo, el cumple de Juanita.
Algunos, como me gustan a mi, sin organización, ni animación, y en el fondo,patio o jardín de una casa. Otros en casitas de fiestas, con animación, micrófono, disfraces que se IMPONEN, y mucha más organización y horarios. Y entre unos y otros, los grises.
En los primeros los chicos, y grandes invitados llegábamos en forma bastante descontracturada con un obsequio elegido especialmente para el agasajado. Se lo entregábamos (siempre me gusta ver la carita de alegría de Oli al darlo) y el cumpleañero lo abría y jugaba un rato con él, o entre varios rompían el paquete descubriendo lo que había.
En los que son en casitas hay un lugar para guardarlos, y no se abren.
Un día, no hace mucho, leí en un blog una carta de un papá que contaba, cómo había cambiado y replanteado su vida, sus valores y sus costumbres la llegada de su hija. Entre esas cosas estaba, el si aceptar y dar regalos en los cumpleaños era una actitud consumista. Decía que se replantearon el nacimiento, para decidir hacerlo en forma mas natural, luego la lactancia, la alimentación, los regalos, la escolarización, etc, a medida que su hija crecía.
Era un tema en el que hasta ese momento no habíamos pensado... Y decidimos que los regalos que hiciéramos serían elegidos especialmente, eligiendo aquellos de materiales naturales, artesanales, evitando - o mejor dicho prefiriendo- los que NO son "de marca". También dándole prioridad a alguno especial, como salidas, paseos, etc. que no representan algo material, o haciéndolos nosotros mismos.
Siendo así, es decir, no tomándolo como una obligación, sino como una atención o un pequeño mimo, o acto de amor, me parece que es descortés,no abrirlo.
Se torna una costumbre hueca y consumista, si la realizamos, pero "hacemos de cuenta" que no nos importa... o aunque realmente no nos importe.
Pienso que si vamos a hacer un regalo, debemos hacerlo de corazón. Y si nos hacen un regalo deberíamos recibirlo también con el corazón.
Bueno, cada vez que voy a un cumple, me da por pensar, observar actitudes, no se, lo disfruto, pero no puedo dejar de ver algunas cosas.
En uno, los animadores disfrazaban a los padres del chiquito. No sería nada, sino fuera porque esos papás en particular eran muuy vergonzosos, prolijos, "personas serias".
Es una costumbre general, de aquellos que animan, hacer esto. Se repite cumpleaños tras cumpleaños. Les ponen gorros, o pelucas, moños, corbatas llamativas, grandotas.Los hacen cantar,desfilar, y hacen chistes sobre ellos adelante de todos. Todos, somos a veces, otros padres que no conocen mas que de vista, que acompañamos a nuestros hijos pequeños que han sido invitados.
(Me hace acordar los actos escolares, con chicos vergonzosos que son "elegidos"para actuar frente a compañeros, padres y docentes)
Estos papás, adultos (no hace falta aclararlo) se forzaron ellos mismos a actuar, desfilar, y disfrazarse, "invitados"por alguien a quien ellos mismos pagaron, y puedo asegurar que no lo disfrutaron, hubieran deseado desaparecer en ese mismo momento, y creo (es mi opinión), que si vivieran mas cerca de sus sentimientos, les hicieran caso a su timidez, se amigaran con ella reconociéndola,sin censurarla, hubieran podido decir NO. Pero no podían. Algo les impedía dejar salir el no, el basta. Todos los miraban, supongo, que suponían que "debían "hacerlo, que todos los juzgaríamos de amargos, tímidos, vergonzosos...o que se yo cuantas cosas mas, pero no es así. Prefiero, entiendo que alguien tenga vergüenza, no deberíamos juzgarlo, pero es hora de que seamos como seamos empecemos a SER. Y retomemos el poder de decisión, hacia un lado mas auténtico.
Aunque me dieron mucha pena, esos mismos papás, a la hora de las velitas, casi obligaban a su hijo que cumplía dos años, a ponerse otro, maldito, disfraz. Yo salía del baño en ese momento, y les dije - no se lo pongan si no quiere.
NO ME AGUANTÉ!
y lo salvé. JE!!!!!!!!!! :)
3 comentarios:
¡Bien por ti!por haber salvado al niño.
Las fiestas de cumpleaños siempre me dan mucho qué pensar, también...
Un abrazo
De todas maneras, los adultos que deciden hacer este tipo de festejos, eligen hacerlo así. Y sabés por qué te remarco ésto? Porque cuando contratan el servicio de "cumpleaños todo listo", en el combo, está esto de los disfraces y demás ridiculeces para los adultos. O sea, vos vas y te cuentan de pe a pa cómo se va a desarrollar el festejo. Lo recuerdo porque cuando vivíamos en Capital, a Lulita le festejamos dos o tres veces en uno de esos lugares y cuando la dueña de la casita te contaba lo que venía antes y lo que venía después, nosotros íbamos descartando...
Bueno, eso, que es una elección también, no?
Besossssssss.
Lau: a mi todabía se me siguen ocurriendo más cosas sobre las que debatir.
Pienso con respecto a esos padres, y a nosotros mismos como padres, que es importante el autoanálisis, sobre todo de esas situaciones cotidianas, porque se filtran tantas cosas que tienen que ver con lo no resuelto, en la crianza. Uno transmite constantemente, y se equivoca mucho,lo importante creo es autocuestionarse, para poder reveer.
Turca: y si, todas son elecciones. Algunas mas, otras menos concientes. No se si les Habrán explicado o no. Creo que ASI no se lo imaginaron. Sin embargo no pudieron correrse o eligieron quedarse. Lo que vi es que no lo disfrutaban mucho.
Publicar un comentario