mas vida

Plantamos el arbol de Siro.

Teníamos congelada la placenta, y el árbol, un ginkgo, comprado unas semanas antes de que él naciera.

Eran las 16 horas y las hermanas mayores de Siro daban vueltas por la casa, cuando el papá comenzó con la terea de cabar el pozo. Yo, tenía a Siro a upa... cuando me acerqué a la mesa del patio y ví que allí estaba la placenta descongelandose. Abrí el recipiente y la miré. Nunca antes ví una. Y el dia en que dí a luz... la verdad, ni la miré. La observé un rato, miré el cordón. Me pareció que tenía suerte de poder estar haciendo eso. Era un momento raro en el que muchas ideas cruzaban por mi cabeza. - Otra gran experiencia despues del parto- pensé - un privilegio. Cuantas mujeres u hombres conocen como es la placenta, ese órgano tan particular, que permitió alimentar a su bebé nueve meses?; que lejos, que desconectados de la naturaleza vivimos actualmente... yo, ni contacto con algún animal hembra tuve, como para conocer una. Bueno la cuestión es, que se me ocurrió que podía ser interesante para Pieri o Lu, verla, así que les pregunté. Y para mi sorpresa quisieron mirar como era, y no les dió impresión. Así que observamos como se formaba y cómo era el cordón, la irrigación de la placenta y también la bolsa en donde su hermanito vivió antes de nacer. Y tan bueno les pareció, que opinaron que debía verla Olivia también. Asi que para enterrarla esperamos que volviera de la escuela. Su comentario fué: - Ay! que lindo el cordón de Siri!

Acá, una foto del momento alegre en el que terminabamos de plantar el árbol.

Hoy a una semana del hecho, ya cuenta con sus primeros brotes.!